El aspirante a Medicina es un ciudadano idóneo, con conciencia y ánimo de servicio social, capaz de asumir una actitud crítica ante cada situación, analizarla y decidir responsable y libremente; debe caracterizarse por su gran interés en el estudio del cuerpo humano, su funcionamiento y lo asociado a la salud, bienestar y las enfermedades de un paciente. Igualmente son personas que se destacan por tener competencias cognitivo lingüísticas y de pensamiento lógico; por ser intuitivos y curiosos en la búsqueda de respuestas que permitan ampliar sus conocimientos y por su compromiso con la sociedad.